La historia de cómo Brian de Palma llegó a convertirse en uno de los directores más respetados y populares de Hollywood es ciertamente curiosa. Criado en una familia acomodada, no tuvo mucho problema en conseguir entrar en la universidad Sarah Lawrence, una de las más prestigiosas de Estados Unidos. Allí se decantó por el estudio de la física, con la idea de convertirse en científico. Durante su infancia ganó en varias ocasiones concursos regionales de ciencias, y pasaba las horas construyendo pequeños ordenadores. Pero cuando estaba en la universidad, el cine se cruzó en su vida. De un día para otro, De Palma se vio arrastrado por la fascinación que le producían Godard, Hitchcock o Polanski. Tanto así que lo dejó todo para empezar a convertirse en cineasta, rodando algunos cortometrajes a lo largo de los años 60 que hoy se consideran casi de culto.
De Palma tuvo un gran éxito gracias a la película Carrie, adaptación de la primera novela de Stephen King. Antes de eso había rodado El Fantasma del Paraíso, e incluso ayudado a su amigo George Lucas a conseguir a su princesa Leia para La Guerra de las Galaxias. De Palma comenzaría los años 80 con una película que sacaba a la luz sus más evidentes instintos hitchcocknianos, Vestida Para Matar. En una era donde Halloween, de John Carpenter, había avivado la llama de las películas de asesinos en serie, De Palma se decantó más por el estilo de Peeping Tom o Psicosis para darnos una rareza en el género slasher. Una película que hoy en día es vista como un clásico, pero que en aquel momento fue recibida con tibieza. El director no erró su siguiente disparo, y nos trajo Scarface, una película que es hoy considerada como toda una obra maestra, y que ensombreció un poco la anterior. Pero Vestida para Matar supone uno de los mejores ejemplos de la filmografía puramente de suspense de su director, y por ello ha de ser muy tenida en cuenta. Además, su visión sobre la prostitución también marcó un hito a la hora de reflejar este oficio en la gran pantalla.
Un slasher diferente
El slasher es un género de cine encuadrado dentro del terror, en el que un asesino en serie se encarga de masacrar a un grupo de personas. Normalmente, el asesino suele tener relación con las víctimas o ser un ente sobrenatural, y los asesinados son jóvenes que llevan una vida desbocada y hedonista. Ejemplos de estos films son La Noche de Halloween, Viernes 13 o Pesadilla en Elm Street. Más recientemente, el slasher ha vivido una segunda edad de oro gracias a películas como Scream o Destino Final. En cuanto a Vestida para Matar, muchos ni siquiera la encuadran en este subgénero, a pesar de compartir muchas características de esas otras películas. No se sabe quién es el asesino, las víctimas se pasan toda la película huyendo de él, e incluso hay escenas desde el propio punto de vista del criminal.
Sinopsis de la película
Kate Miller es la típica madre y ama de casa hastiada de su vida rutinaria que busca nuevas emociones. Intenta seducir a su psiquiatra, el doctor Elliot, pero este la rechaza sin miramientos. Frustrada, comienza luego a coquetear con un desconocido en un museo, y tienen un encuentro sexual en un taxi primero, y en el apartamento del hombre después. Al despertar descubre que el tipo tiene una enfermedad de transmisión sexual, y decide huir asustada. Al llegar al ascensor se encuentra con una mujer alta y rubia, con gafas de sol, que termina acuchillándola con una navaja. Kate muere desangrada, y la única testigo del crimen es una prostituta llamada Liz Blake, que ha encontrado su cuerpo en el ascensor.
Por culpa de este incidente, la puta pasa a ser la principal sospechosa del crimen, y además es perseguida por la mujer alta, que tiene la intención de acabar igualmente con ella. Une fuezas con Peter, el hijo de Kate, para encontrar a la asesina y así poder librarse de la cárcel. Saben que es una mujer trastornada y que apareció cerca de la consulta del doctor Elliot, así que acuden allí a investigar. Sin embargo, no están preparados para darse de bruces con la cruenta realidad de cómo han sucedido las cosas. A lo largo de todo el filme, Liz y Peter intentan encontrar a la asesina a través de diversos dispositivos de escucha que el chico prepara. Sin embargo, el final será mucho más inesperado y truculento…
La prostituta de Nancy Allen, un icono
El personaje central de la película, sobre el que gira toda la acción en pantalla, es el de la prostituta Liz Blake. Interpretada por Nancy Allen. La joven era la mujer de Brian de Palma en aquel momento, y su elección para la película no sorprendió a nadie, aunque es cierto que la chica se lució gracias a esta interpretación. De hecho, es una de las prostitutas más recordadas del séptimo arte, porque no es presentada solo como una víctima, sino como una mujer fuerte que busca salir de una situación compleja. Es una especie de metáfora de su propia vida, de cómo terminó trabajando como prostituta, cuando en realidad podía haber sido una mujer de éxito en cualquier otro campo.
Allen se convirtió en un auténtico icono sexual gracias a esta película y a sus escenas más subidas de tono. La actriz tuvo ocasión de mostrar su espectacular cuerpo en varios momentos del filme, la mayoría con lencería. Sin embargo, hay una escena inolvidable en una ducha que recuerda de forma irresistible a Psicosis, una de las películas favoritas de Brian de Palma. Allí si aparece totalmente desnuda, en uno de sus primeros papeles importantes. Posteriormente, Allen también participaría en películas como Robocop o 1941, a las órdenes de Steven Spielberg, labrándose una carrera exitosa especialmente en el cine de los años 80- Su belleza clásica, rubia y de ojos claros, la convertía en el objeto de deseo de los espectadores.
Qué dijo la crítica sobre este filme
La película recibió críticas mixtas en el momento de su estreno. Algunos consideraban que era un producto menor para un director que ya estaba empezando a despuntar, como De Palma. Sin embargo, la película también estuvo nominada a los Globos de Oro en la categoría de Actriz revelación, precisamente por el papel de Nancy Allen, que sin embargo recibiría igualmente un premio Razzie como peor actriz ese mismo año. Con el tiempo, las críticas han ido mejorando considerablemente, hasta convertir a la película en un clásico del suspense. De hecho, para muchos es uno de los mejores filmes slashers, siempre que decidamos incluirla dentro de ese subgénero. Revisitarla hoy por hoy es entender el enorme talento que desprendía su director ya en aquella época, incluso en una obra que tampoco es de las más destacadas de su carrera.