El cine español sigue demostrando ser una mina increíble de talento, tanto en sus actores como en sus directores, guionistas y técnicos. Encontrar a varios directores patrios en proyectos importantísimos en el extranjero, como Rodrigo Cortés, Juan Antonio Bayona o Paco Cabezas, unidos a esos actores que están llamando la atención ya más allá de nuestras fronteras, como Ana de Armas, Estér Exposito, Aaron Piper o Blanca Suárez, es la muestra más evidente de la buena salud que tiene nuestro cine. En un momento complejo para la industria, España sigue exportando talento, pero también conservándolo, ya que muchos directores, actores y técnicos deciden quedarse en nuestro país, donde la producción de películas y series está creciendo mucho en los últimos tiempos, gracias al empuje de nuevas productoras y de las plataformas de streaming, que han apostado por España desde el primer momento.
Llegar a ser director en nuestro país, sin embargo, no es una tarea precisamente sencilla. Normalmente son muchos años de formación, de grabar anuncios, pequeños cortos o capítulos de series de televisión, para ir cogiendo confianza y fogueándose, antes de dar el gran salto al largometraje. Esa ha sido la carrera de muchos de los directores que hoy por hoy están en lo más alto del cine español, como Salvador Calvo, un nombre que está empezando a sonar con mucha fuerza en el panorama nacional gracias a sus dos películas, 1898: Los Últimos de Filipinas, y sobre todo Adú, que le ha permitido ganar el Goya a Mejor Director en 2021. Un premio merecidísimo y que viene a corroborar la espectacular trayectoria del madrileño, muy prolífico en televisión durante la última década, y que ahora también está logrando hacerse un hueco en la gran pantalla.
Quién es Salvador Calvo
Nacido en Madrid en 1970, Salvador Calvo se decidió a estudiar Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de la capital. Sabiendo que quería volcar su creatividad en el medio audiovisual, realizó formaciones y cursos de dirección con Pilar Miró y Alicia Hermida, así como también un curso de dos años de Interpretación en la prestigiosa escuela de Juan Carlos Corazza. Recién cumplidos los treinta años comienza a trabajar como director en varias series españolas, con episodios esporádicos al principio, pero que le permiten ir cogiendo mucha experiencia para enfrentarse a retos mayores en el futuro. Sin prisa pero sin pausa, el nombre de Salvador Calvo se iba haciendo cada vez más popular entre las productoras nacionales, y fueron muchas las que quisieron contar con él como director de sus series.
Sus trabajos antes del cine
Los primeros trabajos de Calvo fueron para televisión, algo habitual en nuestro país, donde este medio sirve para foguearse antes de saltar a la dirección de cortometrajes. Calvo se estrenó en 2001 con la dirección de algunos capítulos para la serie Policías: En El Corazón de la Calle, de Globomedia. Durante la primera década de este siglo trabajaría en series como Motivos Personales o Los Simuladores, y posteriormente realizaría varias miniseries, como Paquirri o La Duquesa, basadas en las biografías de populares personajes españoles. El éxito de otras miniseries como Los Nuestros, Alakrana o Hermanos hace que las productores se interesen por él para dirigir su primera película, ya en 2016, un filme bélico y de acción sobre los últimos hombres españoles que lucharon por mantener el territorio de Filipinas en 1898.
1898: Los Últimos de Filipinas
Rodada durante nueve semanas, en primavera de 2016, 1898: Los Últimos de Filipinas fue el primer largometraje de Salvador Calvo. Producida por Enrique Cerezo y con guión de Alejandro Hernández, la película cuenta la historia de los soldados españoles que fueron sitiados en Bailer, Filipinas, siendo abandonados allí por el resto del ejército nacional, habiendo quedado como la única salvaguarda ante la reconquista de los filipinos de aquel territorio. La película no trata de hacer un reflejo histórico perfecto de la situación, sino más bien de mostrar la desesperación por la que tuvieron que pasar los solados en aquel momento, aislados durante meses, y los problemas de convivencia que había entre ellos. Con una recaudación final de 2,6 millones, la película se consideró un éxito aceptable en taquilla, teniendo en cuenta que se alejaba bastante de las típicas comedias que solían triunfar en nuestros cines.
Adú
Cuatro años después de su primer largometraje, Calvo decidió ponerse manos a la obra para lanzar su segunda película. Adú es un retrato fiel y descarnado de la problemática de la inmigración desde tres puntos de vista diferentes que convergen en el tema central: la forma en la que la vida se entiende y se valora a este y al otro lado del mundo. Adú fue la película española más destacada de 2020, con una recaudación superior a los 6,5 millones de euros, conseguida en apenas mes y medio, ya que poco después del estreno los cines cerrarían por culpa del Covid-19. Además, la película consiguió trece nominaciones a los premios Goya 2021, de los cuales se llevó cuatro galardones en la gala celebrada en marzo de 2021 en Málaga, siendo una de las triunfadores de la noche, junto a Las Niñas.
Nominaciones y premios
Salvador Calvo obtuvo ya una nominación a Mejor Dirección Novel por su primera película, aunque no se llevó finalmente el galardón en aquel año 2017. En el 2020, la nominación le llegó a través de su cortometraje, Maras, aunque tampoco acabó llevándose el premio. Sin embargo, en la última edición de los Goya, la de 2021, Calvo ya llegaba con la vitola de favorito gracias al éxito que Adú había tenido tanto en crítica como en taquilla. Así, finalmente, el madrileño acabó consiguiendo el Goya a Mejor Director por su segunda película, imponiéndose a todo un veterano como Juanma Bajo Ulloa, y a dos directoras clásicas ya premiadas, como Iciar Bolláin e Isabel Coixet. Es el primer Goya que se lleva Calvo, aunque viendo su trayectoria, seguramente no será el último.