El cine tiene una fuerza irresistible para crear sueños, y es por eso una de las artes más inspiradoras que existen. No es extraño comprobarlo gracias a las películas que se estrenan cada año, y que han llevado a miles de personas a interesarse en la paleontología, por ejemplo, tras la aparición de la mítica Parque Jurásico, o incluso por la arqueología cuando la trilogía primigenia de Indiana Jones sorprendió a todos en los años 80. Las películas nos muestran un mundo de aventuras en el que todos podemos ser héroes, y también nos enseñan parte de nuestro propio mundo, zonas a las que es complicado llegar si no es a través de la pantalla, pues están muy lejos y en algunos casos son tremendamente inaccesibles. Hablamos, de esos escenarios increíbles de rodajes que hacen que una película sea inolvidable.
Ha pasado con Nueva Zelanda y el Señor de los Anillos, una saga que ha convertido a este país austral en el mejor remedo de la Tierra Media. Ocurre también con ciudades más grandes y famosas, como París, Roma o Nueva York, los escenarios favoritos de algunos de los mejores directores de la Historia, que nos han llevado a pasear por sus calles sin salir de la sala de cine. Cuando un escenario de este tipo aparece en pantalla se crea una relación muy especial entre el espectador y ese lugar, y un deseo casi instantáneo de conocerlo en persona. Así ocurrió, por ejemplo, con la imponente playa paradisíaca que aparece en la película The Beach, estrenada en 2000 y protagonizada por Leonardo DiCaprio. La situación, en este caso, ha acabado siendo una pesadilla.
Una cinta protagonizada por Leonardo DiCaprio
Basada en una novela del británico Alex Garland, que posteriormente ha destacado en el mundo del cine con películas como ExMachina o Aniquilación, The Beach fue estrenada en el año 2000, dirigida por Danny Boyle y protagonizada por un Leo DiCaprio que seguía en aquella época aprovechando el gran tirón que supuso el estreno de Titanic años antes, convirtiéndole en un auténtico ídolo adolescente. La película seguía a Richard, el personaje interpretado por DiCaprio, un estadounidense que llegaba a Tailandia con la intención de encontrar una supuesta isla paradisiaca donde otros viajeros habían llegado antes y habían construido una comunidad propia, alejada del resto del mundo. Finalmente, el chico llega allí junto a dos turistas franceses, y descubre que la mítica isla era real, y su estilo de vida totalmente libre. Aunque las cosas no son siempre lo que parecen en un primer momento.
Maya Bay: la icónica playa de Tailandia
La fama de DiCaprio y la manufactura de la película, muy bien rodada y con escenarios absolutamente deslumbrantes, convirtió a La Playa en todo un éxito en taquilla, recaudando más de 150 millones de dólares en todo el mundo. Aunque DiCaprio es el protagonista absoluto de la cinta, muchos se quedaron embelesados con la belleza de los escenarios que presenta la película, sobre todo con la supuesta playa de la isla secreta a la que el protagonista llega. Esas imágenes están grabadas en Maya Bay, ubicada en la isla de Ko Phi Phi Lee y rodeada de espectaculares acantilados. El éxito de la producción fue tal que, desde ese momento, millones de turistas decidieron seguir los pasos del propio DiCaprio y acercarse a conocer aquel paradisiaco enclave. Algo que ha favorecido mucho el turismo en los últimos años, pero que ha llegado a tal punto que actualmente, la playa se encuentra totalmente destrozada.
Llegada masiva de turistas tras la película
Desde el momento del estreno de la película, hace ya 20 años, la playa de Bahía Maya y en general toda la isla de Ko Phi Phi Lee se convirtieron en el objetivo de millones de turistas, especialmente norteamericanos y europeos, que llegaban a la isla con la intención de revivir las escenas de la mítica película de DiCaprio. No es la única filmación que ha tenido lugar en este enclave, e incluso el agente 007 se ha paseado por Bahía Maya, pero es cierto que el estreno de The Beach supuso el auténtico punto de inflexión para la llegada masiva de turistas. Lo que antes era un paraíso natural se ha acabado convirtiendo en un lugar destrozado por el turismo masivo, que ha perdido su esencia misma, porque la tranquilidad que se respiraba aquí antes ya es imposible de conseguir, dado el gran número de turistas que siguen acercándose cada día a través de los barcos que amarran cerca de la isla.
Un ecosistema gravemente dañado
Parte de la belleza que hacía tan especial a esta bahía venía de su propio ecosistema natural, que no había sido alterado hasta hace un par de décadas. Las aguas cristalinas, los corales, la fauna y la flora autóctona de la isla, suponían un auténtico vergel natural que añadía un indudable encanto a este enclave. Sin embargo, la llegada masiva de turistas en estos años ha terminado destrozando por completo ese ecosistema, y es que se calcula que han sido más de 200 barcos diarios, con miles de turistas, los que atracaban diariamente en las cercanías de la bahía Maya, haciendo imposible la recuperación de un ecosistema que cada vez estaba más y más dañado. El gobierno tailandés, al final, ha tenido que tomar medidas.
Cierre de la playa por las autoridades tailandesas
La decisión, tajante por parte del propio gobierno tailandés, seguramente haya llegado demasiado tarde, y solo cuando la situación ya es irreversible, por desgracia. Durante estas dos décadas, Tailandia ha estado aprovechando la fama del lugar y ha permitido la llegada masiva de turistas, sin ningún tipo de límite, porque al final ese turismo es una de las principales fuentes de ingresos del país. Sin embargo, el estado actual de la bahía es tan lamentable que el gobierno no ha tenido más remedio que tomar la decisión más extrema, cerrando la playa al menos durante unos meses, para intentar que el ecosistema se recupere un poco de ese turismo masivo. Tal vez cuando se reabra Bahía Maya se controle un poco más la llegada de visitantes, buscando el equilibrio entre el turismo y la necesidad de dejar respirar a este enclave paradisíaco.