Cada día, decenas de actores y actrices de todo el mundo aterrizan en la soleada California para entrar a formar parte del lugar donde nacen los sueños. Hollywood, la meca del cine desde hace casi un siglo, sigue tratando de mantener su glamour pese a los cambios irremediables que toda industria debe vivir. Lejos quedan los años dorados donde las estrellas eran divos intocables. Actualmente, en la era de las redes sociales, cualquiera está en peligro de caerse del altar donde el público le ha puesto. Actores y actrices muy reconocidos han caído en desgracia en cuestión de días o semanas, por un desliz, una acusación o una vendetta personal. Estamos en una nueva era y ya no hay paz para los que quieren estar por encima del bien y del mal, aunque sean ricos y famosos.
El lado oscuro que siempre ha tenido Hollywood está más de moda que nunca, bajo el escrutinio de las hordas inquisitoriales de Internet. Los movimientos pro-feministas y por la diversidad han traído aires renovados a la industria, pero también se han llevado por delante a muchos ídolos. Algunos, con toda la razón del mundo. Otros, con una persecución carente de pruebas que luego no ha resultado tan clara como parecía. Y en medio de la polémica, como siempre, el tema del que más se habla en la industria: el sexo. Mientras las productoras más grandes rebajan las escenas de cama en pantalla para no ofender a nadie, la imagen de santurronería de Hollywood ya no engaña ni al más ingenuo. Todos sabemos lo que ocurre entre bastidores, en los camerinos y en las caravanas. Hemos visto lo que muchos y muchas han conseguido en los despachos, más que delante de las cámaras. No es algo nuevo, desde luego, y se lleva dando desde el propio nacimiento de la industria, pero nunca hubo tanta información sobre ello. Una información que todos los aspirantes a estrella deberían al menos conocer, para saber lo que están haciendo al meterse en la boca del lobo.
No todo es luz y color en Hollywood
La imagen idílica que nos llega de ese Hollywood luminoso y estelar, donde cualquiera con talento puede llegar a convertirse en un ídolo de masas, se resquebraja por completo. La meca del cine debe seguir vendiendo esa mentira, pero está claro que muy pocos la creen a día de hoy. Los actores que llegan a California para triunfar saben de sobra lo que deben hacer para conseguir papeles. Miran con envidia a esas estrellas jóvenes, atractivas y simpáticas, pero con un talento más que limitado. Y se preguntan cómo demonios habrán llegado ahí. Cómo se gana un Oscar con veintipocos años y sin apenas experiencia. Cómo se mantienen esas chicas monas pero sin pizca de naturalidad en grandes producciones. La respuesta puede no gustar a muchos, pero está claro que negarse a ver la realidad es todavía peor.
Premios y papeles principales a cambio de sexo
Y es que, seamos claros. Desde que el mundo el mundo, el sexo ha servido para conseguir aquello que uno desea. Normalmente son las mujeres las que han utilizado la seducción como arma para llegar más lejos, aunque los hombres, tanto heterosexuales como gais, no se han visto exentos de este polémico método. El cine no iba a ser una excepción. Desde siempre han corrido rumores de actrices que han logrado papeles no tanto por su talento ante la cámara, sino más bien por su desempeño en la cama. Hollywood está lleno de chicas guapas y espectaculares que aspiran a convertirse en grandes estrellas. A conocer a los productores que las pueden colocar en las películas y series de moda, para lograr su sueño.
Ellas lo saben, los directores y productores lo saben, y si la reunión se tiene que dar en una habitación de hotel, se hace allí y no pasa nada. Las historias de papales conseguidos a través del sexo se remontan ya a los años 40, pero siguen siendo muy actuales. Pocas actrices reconocerán que han pasado por este aro, pero los testimonios están ahí. Y mientras todo sea consentido, no deja de ser un método más para conseguir un fin. Bastante cínico y aprovechado por parte de los productores, por supuesto, pero no es nada ilegal. Hasta que esas peticiones, esas insinuaciones, dan paso a los abusos. Acostumbrados a utilizar este sistema, los productores no consienten que las aspirantes se rebelen. Y entonces llega la fatalidad.
Las cosas cambian con el #MeToo
Si hasta hace unos años parecía incluso normal tener estos encuentros sexuales con directores, productores y magnates de la industria, hoy por hoy las cosas han cambiado muchísimo. El poder que habían conseguido estos hombres en la industria, donde son mayoría, había traspasado todas las líneas rojas. Hacían y deshacían a su antojo. Amenazaban a las chicas con terminar con sus carreras si no se entregaban a ellos. Les ofrecían papeles solo con la condición de acostarse con ellos, asegurándoles que era la única forma de llegar a la cima. Hasta que muchas dijeron “basta”. A lo largo de los últimos años, decenas de actrices han comenzado a levantar la voz contra esta práctica abusiva por parte de los productores. Consideran que ellos hacían uso ilegítimo de su poder en la industria para obligarlas a hacer todo lo que ellos querían, utilizándolas de formas muy machistas.
El caso más paradigmático es el de Harvey Wenstein, productor y creador de Miramax, que en los años 90 y 2000 se convirtió en una de las empresas más potentes de Hollywood. Wenstein hacía películas para todos los públicos y trataba con todo tipo de estrellas, desde Will Smith a Tom Cruise, pasando por Peter Jackson. En 2017, muchas actrices y otras mujeres dentro del mundo del cine le acusaron de abusos sexuales y comportamiento inmoral en los rodajes. Se destapó su modus operandi, convenciendo a las chicas para quedar con él en habitaciones privadas, ofreciéndoles papeles a cambio de sexo y amenazándolas con sacarlas de la industria. Fue el caso que lo destapó todo, y muchos más llegaron después. Ahora, Hollywood parece un lugar casto donde este tipo de “relaciones” ya no se producen. Y sin embargo, nosotros no tenemos tan claro que la cosa haya terminado del todo.
Hollywood Babilonia y otros libros que abordan el tema
Como decíamos, la llegada del MeToo y otros movimientos similares ha supuesto poner negro sobre blanco en estas acusaciones que siempre habían existido. De hecho, ya a mediados de los años 50 apareció un libro que recogía estos rumores, tomándolos como ciertos. Se trataba de Hollywood Babilonia, y fue escrito por el director Kenneth Anger, un tipo curioso que luego llegaría incluso a grabar películas de corte ocultista con Mick Jagger como protagonista. El libro, en su primera parte, recogía el lado más oscuro y sexual del Hollywood dorado, presentado el lugar como una orgía permanente. Las filias y fantasías de las estrellas sacadas a la luz pública, en un escándalo que hizo que el propio libro no pudiera editarse en Estados Unidos hasta veinte años más tarde. En Servicio Completo, el exparacaidista Scotty Robbers reconocía haber tenido relaciones con algunos de los grandes divos de Hollywood, algo negado por todos. El caso de Heidi Fleiss, la “madame” de los famosos y las estrellas, también ha sido paradigmático para demostrar que el sexo en la meca del cine no es algo extraño, sino todo lo contrario.